jueves, 30 de junio de 2011

6...

Esperanza. Bonita palabra. A muchos les hace falta y a mi me sobra,
Creo en las segundas, terceras... infinitas oportunidades para las personas, porque tengo el presentimiento de que pueden cambiar. Creo en que todo problema tiene una solución, en que con un pequeño detalle o una sonrisa puedes alegrarle el día a algún desconocido. Creo en la igualdad, en la paz; en que no existe el racismo, la homofobia, la guerra. Creo que hasta el más hijo de puta puede cambiar, en que en el fondo todos somos iguales y podemos hacer todos buenas acciones por los demás. Creo en el arrepentimiento y aborrezco el rencor. No creo en la venganza, en que igualándote a tu enemigo no eres mejor que él ni puedes sentirte mejor. Creo que todo el mundo piensa igual que yo.
Entonces miró el mundo, y aún así me siguen quedando esperanzas...

5...

Esta noche es tuya. Ponte lo más provocativo que tengas en tu armario con los taconazos más altos. Llega a la disco pisando fuerte, que la gente te vea brillar, que se postren a tus pies. Súbete a una plataforma y deslúmbrales con tus pasos de baile más sexys. Tómate cuantas copas quieras y disfruta de esta noche como si fuera la última de tu vida. Sigue bailando aunque los pies te maten de dolor, la diversión puede con él. Habla con el primer chico guapo que se fije en ti y llévatelo a casa. Haz como si el mundo se parara junto a él durante unas horas y échale a la mañana siguiente. Duerme un rato, levántate, come algo, recupérate de la noche anterior y repite.
Pero recuerda sólo podrás hacer esto cuando ya no te quede nada por hacer en el mundo, cuando todos tus problemas estén solucionados. Hasta entonces vuelve con tu vida de mierda donde la realidad siempre supera a tus deseos. 

lunes, 27 de junio de 2011

4...

¿Por qué deberíamos guardar las apariencias? ¿Por qué ser lo que los demás esperan de nosotros y no lo que realmente somos? Sólo tenemos una vida y yo pienso vivirla como quiero, haciendo lo que quiera si me siento bien haciéndolo. Sin que nadie evite que me coma el suelo de vez en cuando, sin que nadie me ayude a levantarme, sin depender de nadie para ser feliz. Si quiero ser egoísta lo seré porque no va existir  nadie que sea capaz de evitar que me coma el mundo. Porque a partir de ahora yo tomaré mis decisiones no dejaré que nadie las tomé por mi porque para eso es mi vida, y en ella tengo derecho a equivocarme, a hundirme, a pasármelo genial, a cumplir mis sueños, a hacer todo lo que se me pase por la mente. Es mi vida, y no dejaré que nadie influya en ella ni que me frene a hacer todo lo que tengo planeado. Es mi vida y a partir de ahora la viviré solo yo. 

3...

La vida. Mucha gente se pregunta: ¿qué es la vida? Hay personas que dicen que la vida es un recorrido, como una carrera de obstáculos pero todo el mundo acaba llegando a la mismo final. Para mi la vida es como un laberinto, la entrada, nuestra llegada al mundo y la salida, el fin de todo. Todos entramos por diferentes lugares. A cada uno el laberinto nos plantea problemas, obstáculos a los cuales te abre muchos caminos, y cada uno de esos caminos te lleva a nuevas experiencias, aunque también te pueden llevar por senderos tortuosos donde todo acaba y no puedes volver atrás. El laberinto da a cada uno un final. 

2...

Observe la imagen por última vez. Tenía que asumirlo, se habían ido y no iban a volver. Sólo pensar en ellos hacía que un dolor profundo me inundase y se me saltaran las lágrimas. Así que está vez no observaba la foto pensando en ellos como las personas que habían sido, como los que me habían dado la vida y cuidado hasta los 16 años de edad; ahora pensaba en su muerte y en el hijo de puta que los mató por una estúpida deuda.
Sabía perfectamente que ellos no iban a volver, pero también sabía que la venganza podría aliviar parte del dolor que por su culpa ahora estaba sufriendo.
Sabía lo que tenía que hacer, no era demasiado difícil y ya tenía experiencia. La primera vez fue hace dos años; estábamos en una fiesta y al salir un conductor borracho arrolló a mi mejor amiga y acto seguido se empotró con una pared. Mi amiga murió casi en el acto, cuando llegó la ambulancia no pudieron hacer nada para salvarla; pero el conductor, sobrevivió pero no debería haberlo hecho. Había matado a mi mejor amiga, mi hermana, una parte de mí. Quizá esa parte de mí que él había matado era también la que anunciaría su fin…. A los pocos días averigüe su nombre gracias a los padres de Alicia. La muerte me acompañó desde ese momento con ese nombre apuntado en su lista, sabía a la perfección lo que iba a ocurrir. Llegué a su habitación y una sonrisa se dibujó en mi cara al entrar, iba a ser más fácil de lo que esperaba. Desenchufé el conducto por el cual le llegaba el oxígeno y le dije estas palabras al oído: “Tu  mataste a una parte de mi ser y mi venganza no podía ser diferente. Adiós dale recuerdos a Alicia si es que ella está en el infierno”  Salí del hospital sigilosamente pero nadie sospechó absolutamente nada.
No volví a ser la misma, lógico. Pero mis padres eran lo único que me quedaba en mi vida. Lo único y ahora ya no estaban. Así que lo tenía todo claro. Sólo tenía que ir a su oficina y matarle. Después me despediría del mundo, aunque bueno no tenía nadie del que despedirme.
Tardé alrededor de una hora en llegar. Tampoco tenía prisa. Subí lentamente las escaleras. Llegué a su despacho, apoyé el oído y no oí nada. Supuse que estaría solo.
Abría la puerta de una patada y allí estaba el asesino de mis padres. Le miré un instante a los ojos y disparé el arma que había robado apenas dos horas antes en la comisaría.
A causa del ruido las demás persona que ocupaban el edificio salieron de sus despachos y se acercaron al lugar donde estábamos. No Me preocupé. Les miré a todos que me observaban con miedo. Me acerqué la pistola a la sien y mi último pensamiento se lo dediqué al mundo en general:


“QUIZA LA VENGANZA NO ALIVIA EL DOLOR, PERO AYUDA A SOBRELLEVARLO”


1...

Caminaba deprisa. Llegaba tarde como siempre. Pero esta vez era diferente, el autobús había pasado sin ni siquiera mirar hacia la parada en la que me encontraba.
Y allí estaba , corriendo lo más rápido que mis cortas piernas me permitían, en medio de la noche con una lluvia incesante dejándome totalmente empapada de pies y cabeza, y con unos tacones de unos 10 centímetros. Maldito día en que decidí comprármelos para el baile de fin de año.
Me los quité y empecé a correr descalza, bastante más deprisa ciertamente, pero pronto mis pies empezaron a notar el dolor de las pequeñas piedras clavándose en mi piel y el frío que acusaba la noche a las dos de la mañana.
De repente oí un ruido cerca, miré  mi alrededor , temerosa por los extraños sucesos que a veces ocurren en medio de la noche.
Oí una extraña musiquita, otra vez se había cambiado solo el tono de mi móvil que fastidio. En ese momento deseé con todas mis fuerzas que no fuera mi jefa pero sabía que era ella. Cuando cogí el teléfono intenté explicarme pero ella no me dio ocasión ya que solo dijo: “Está despedida, lo siento Alexandra”. Bueno, al menos lo sentía. Quién iba a decirme que me iban a echar después de dos años trabajando allí, desde que salí del instituto, desde los 16 años y ahora con 18 tenía que buscarme algo con lo que volver a empezar.
Otro ruido igual que el anterior me impidió empezar a recordar todos esos momentos vividos junto a mis compañeros del club de Baile  FunkyWar. Esta vez puede vislumbrar a lo lejos una luz.  Sabía que debía acercarme, al fin y al cabo ya estaba despedida y estaba muy lejos de casa así que viniera de donde viniera esa luz sería mucho mejor que estar en la calle.
Cuando me acerqué unos metros me di cuenta de que era el nuevo café que habían abierto. Me asomé a la puerta y allí le vi, el chico más increíble que os podáis imaginar. Sus ojos verdes esmeraldas brillaban de felicidad , su sonrisa perfecta desbordaba encanto y su pelo revuelto le daba ese punto informal  que a todas las mujeres nos vuelve locas.
Se acercó a abrirme la puerta y con su preciosa sonrisa me preguntó que si venía buscando empleo. No me lo podía creer, de repente mi vida dio un giro inesperado. Sin pensármelo dos veces acepté , entré en el café, el cual era gigantesco y estaba decorado a los años 80; me puse mi uniforme y desde ese día trabaje felizmente al lado de un chico increíble y a mi ojos perfecto. Si estaba enamorada de Guillermo.
Tan sólo pasaron unos meses cuando por fin él acepto que sentía lo mismo por mi y para acabar la jornada nos quedamos allí a cenar, pedimos comida china y preparamos todo como si fuera una cena romántica.  Fu la mejor noche de mi vida y el final puso la guinda al pastel. Se acercó a mi y me dijo:” desde que entraste por esa puerta aquel día empapada supe que tu serías el amor de mi vida y míranos aquí estamos ahora”
Me sonrojé, me había dejado sin palabras le quería y la mejor forma de desmotárselo no eran palabras vanas, eran hechos y por primera vez en la vida me lancé y cuando nuestros labios se rozaron sentí una sensación de vértigo inmensa, supongo que eso es el amor; él me respondió a mi beso con la suavidad y ternura  que le caracterizaba y en ese instante me sentí la mujer más afortunada del mundo.
Después cada uno nos marchamos a nuestras casas esperándonos ver al día siguiente pero cuando llegué al café me dieron la peor noticia que jamás he escuchado, Guillermo había muerto la noche anterior en  un accidente de coche. Las lagrimas se saltaron de mis ojos y no salió ningún sonido entendible de mi garganta. Volví a mi casa y lloré desconsoladamente hasta perder casi todo el agua que mi cuerpo albergaba.
Ahora estoy casada, no importan con quien, y con dos hijos pero nunca podré olvidar esos preciosos ojos verdes que me miraban desde la barra del café. Mi primer amor.