Existen personas rotas. De esas a las que miras a los ojos
una vez y te basta para saber que no han parado de sufrir. De esas que aguantan
las sonrisas para autoconvencerse de lo felices que son. De esas que no
duermen, ni sueñan.
Para que digan que no existe la mala suerte. Personas
demasiado ingenuas e inocentes. Ilusionadas por todo en la vida. A las que les
han roto la ilusión a base de golpes y obstáculos. Y cada vez han tardado más
en levantarse, y menos en caerse. Y llega la eterna pregunta. Por qué yo. Y en
ese preciso momento ellos mismos dan el golpe de gracia para romperse del todo;
su mente les responde “te lo mereces” “eres una mala persona, qué esperabas” ,
“¿no ves que eres una mierda?”.
Y aunque logren recuperarse siempre les quedará el miedo.
¿Podría aguantar una nueva caída?
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