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No soy la chica perfecta. Ni la chica con la que sueñas. Ni mucho menos la futura mujer de tu vida. Tengo miles de defectos, lo sé. Son incontables y la gente no hace más que repetirlos. Soy esa chica que se cansó de luchar y se dejó arrastrar por sus problemas. La que llora por las noches cuando nadie la escucha. La que se refugia en sí misma cuando se hunde. La que llega a clase con una sonrisa y ojeras de no dormir. La que no para nunca de hablar para evitar pensar. La que habla de estupideces para que nadie le pregunte por los temas de los que es incapaz de hablar. Soy esa chica que sueña con largarse lejos y empezar de cero. Esa chica que se muere de miedo al pensar que quizás sus sueños no se cumplan. Esa chica que se encierra en su habitación a hacer planes alucinantes para su vida, aunque sabe las pocas posibilidades de que se cumplan. Soy esa chica que se levanta con ganas de comerse el mundo y cuando vuelve a casa se da cuenta de que el mundo ha acabado con ella. Pero también soy esa chica que nunca pierde la esperanza. La que quiere cambiar las cosas. La que daría su vida por ser feliz, por encontrar a la persona perfecta con la que estar y no poder parar de sonreír nunca. La que aunque esté llorando dibuja una sonrisa en la cara al acordarse de algún momento feliz. Sí, también soy esa chica competitiva y cabezota. La que es un desastre y parece no hacer nada bien. La que aunque este cansada de luchar encuentra fuerza debajo de las piedras. La que daría todo porque por primera vez en su vida algo le saliera como espera. También soy esa que se lleva mal con su familia. La que se va de casa para no discutir. La que no puede evitar gritar cuando su madre la saca de quicio. Soy a la que llaman friki, rara, extraña y mil motes más. Soy la que se ilusiona por nada. La que se decepciona casi a diario. Soy esa que no puede parar de reír cuando la hacen cosquillas. La que no puede evitar levantarse a bailar cuando oye música. La que ama ir al cine. La que nunca se cansaría de hacer deporte. La que en mitad de un silencio incómodo no hace más que decir estupideces. Soy la que se pone roja cada vez que algo le da vergüenza. La que intenta esconderse cuando piden voluntarios para cualquier cosa. A la que se le corta la voz cuando habla en público. Pero también soy la que grita por la calle como si estuviera loca. La que hace apuestas ridículas con sus amigas.También soy a la que le da vergüenza salir a la calle vestida de pija, con ropa ajustada, etc., y la que se pone taconazos y shorts cuando toca irse de fiesta. Soy la que no cree en las casualidades. La que no puede dejar de recordar los mejores días de su vida. La que no creía en el amor y odiaba las muestras de cariño. La que daría lo que fuera por un abrazo de su mejor amigo en los malos momentos. La que cree que llorar en público te hace débil. La que odia la distancia y lo rápido que pasa el tiempo. También soy esa con complejo de marmota. La que se levantan de mal genio si la despiertan. La que ama ir a manifestaciones y cree en la revolución. La que busca la libertad. La que bajo la lluvia, patinando o bailando la encuentra.A la que dicen que es adorable por tener cara de niña y ser bajita. La que deja de lado sus problemas cuando el resto está mal. De la que la gente se ríe cuando se estresa. La que odia a la gente que no para de criticar. La que no soporta discutir con gente ignorante. La que no soporta los celos. La que daría lo que fuera por encontrar a su artista o al menos a una persona indicada que la correspondiese. La que quiere vivirlo todo aunque eso conlleve sufrir. La que no aprende tras cada lección de la vida. La que ha tropezado veinte veces con la misma piedra y seguirá haciéndolo. La que confía rápido y a la que luego traicionan. Sí, soy todo eso, y seguro que más cosas que he olvidado. No soy perfecta, para nada. Tampoco quiero serlo, sería aburrido.
Sólo espero que tras esos mil defectos encontréis algo bueno, por lo que merezca la pena estar conmigo. Aunque si no es así también soy esa que está acostumbrada a estar sola.