Tantos sentimientos acumulados y tan pocas palabras para expresarlos.
Tantas cosas que decir y tan poco valor para manifestarlas.
Tantos sueños y deseos y tan poca voluntad para luchar y llevarlos a cabo.
Porque aunque lo neguemos tememos miedo al fracaso, al no conseguir nunca lo que te has propuesto desde un principio que buscamos quedarnos en el punto medio, donde puedes seguir soñando y sabes que nunca fracasaras porque sólo acabas de empezar.
Pero un día reflexionas, sientes que necesitas conseguir tus metas cuanto antes porque aunque seas bueno siempre hay alguien mejor, millones de personas en el mundo mejores que tú, y si no te das prisa fracasaras antes de empezar si quiera; ahí es donde la mayoría de la gente con sueños se encuentra, nos encontramos tan asustados que no sabemos que hacer pero sabemos que si no hacemos nada fracasaremos sin duda. Y por más que leemos las típicas frases como “Si no lo intentas nunca lo conseguirás”, frases cuyo significado te incita a luchar, sientes que el mundo es el que te va a comer a ti y o al contrario como querrías que fuese.
En estos momentos me encuentro en esta situación y cada cosa que hago me hace parecer que estoy a la vez más cerca y más lejos de conseguirlo, dudo de mí y de mi gran capacidad de luchar y de nunca rendirme, tengo miedo y lo admito, porque nada me dolería más que vivir una vida que no quiero, de fingir durante toda mi vida que no me arrepiento de nada, que soy feliz cuando realmente mi felicidad llegará cuando consiga el valor necesario para comerme el mundo, cuando decida saltar al vacío sin pensar en lo que hay debajo y cuando por fin crea de nuevo en mi misma. Ese día volveré a ser feliz.
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